Atractiva tu lengua, la sueño,
porque cada día descubro
que, con descaro, me entrelaza
a sus salinos enfoques
y procuro su palabra,
no vacilo en sostenerla,
hasta el borde extendido de la sombra,
propagándome en su reflejo…
Me lluevo en tu pecho
con la pasión imparable y real
que anega la virtud del impulso
de este suspiro que me arrebata…
Al bombear la luz adherida en el alma,
dejo que fluya el fragor del silencio
para envolverte con la seducción radiante
de la belleza en estado puro…
Los espacios se retuercen,
abriéndonos a esa nueva sensación
de estar más cerca del fuego
en inminente colisión…
No hay comentarios:
Publicar un comentario