Lo no deseado abriéndose en vano
para darle guerra a mi sonrisa…
Y luego tú,
instigador constante de mi energía,
me engarzas, tan fuerte, tu fuerte infranqueable
que sigo confiándote mi silencio;
mis ríos de luz y poesía;
la piel del alma;
todo mi universo…
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