Las voces sumergidas en la luz,
entonan los ensambles esenciales
que circulan a través de los ojos,
tras entrar al campanario cósmico
y encender el gong de la belleza…
Su emisión rutilante
le hace el color a mi esencia
y arden en mi interior,
las alas del silencio,
tocadas por la fascinación excelsa
de sostener el mundo en las pupilas…
La oscuridad atraviesa la noche;
le escucho rondar las geometrías del alma;
la calles vacías van alargándose
por alcanzarlo todo,
irradiadas por el efecto brilloso
de sentirse habitadas…
Sus sombras alimentan las estrellas
y penetro el instante en el que tú,
¡Oh, náufrago sol en trance!
haces temblar tu palabra,
para esculpir tu huella
en el camino hacia el final,
bajo los campos azulados…
Alguien más ha de emprender su destino
con la luna en los labios y enterarse
de que lo inmaterial se hace caricia
en manos del infinito…
¡Te levantarás conmigo del otro lado!
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