Algunas palabras se columpian
del ámbito armónico
que montas con tu lengua,
cuando la noche te revela
artesano de intuiciones…
Y es algo que dices
lo que cae y formula
el deseo de una estrella;
lo que detona el interés por inmiscuirme
más a fondo…
Ay esa jodida luz de tus ojos,
tan saludablemente excitante,
me marea;
propulsa un enigma de proporciones
para mi mente
que desespera por resolverlo…
La magia de tus formas accidentales
alimenta la caricia
que tanto adoro
y, sin poderse contener,
la oscuridad de mi alma
se desborda…
Tan profundo el desvelo
me inunda la boca
y no tengo donde ir,
ni tú tampoco,
me lo confiesas
y truenan los nudillos
ante la abducción secreta
que nos da ideas
para acceder, al fin,
a lo que somos…
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