Al sortear,
casual,
el pliegue de tu lengua,
me veo envuelta por lo divino;
la astucia fluida de su cobertura
me deja pronunciar,
desde el pecho,
la plegaria que modula
los secretos íntimos de mi alma,
desenrollándose,
incesante, sobre tu mundo,
como un paréntesis controversial,
atravesando del mío al tuyo…
La luz que te arrastra
a lo profundo;
al corazón del propio resurgimiento,
amasa oleadas de energía pura,
sustancial;
sensaciones aludiéndose a la par
como la nobleza del silencio,
bendiciendo el agua….
Aturdida,
conmovida,
de perderme en lo que siento;
envenenada de tu postura aventurera,
engendro la estampida
de la coordenada espacial
que me hace saltar de pieza
hasta encajarla y completar
lo que tenemos…
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