miércoles, 22 de febrero de 2023

Antípoda

Encierra tu lengua
un enigma,
un compuesto de discordia
que impele el afán del álgebra
de mi lado intuitivo;
un acertijo
que se combina, de inmediato,
con la batahola insigne
que creas,
cuando ocurres ante mis ojos
y puedo descifrar tu alma…

Te debes a
la magia que te precede;
a lo inefable
con lo que la escuela de la noche
te ha graduado con honores…

Te cruzas por mi silencio
para abrir el ímpetu inherente de la búsqueda,
atándome al pentagrama de tu nombre,
aerosol de tinta ultraviolenta
que va pincelando, a tientas,
tu rastro de zafiro
sobre los muros de mi embriaguez…

Me traga
tu sentido poético,
esa huella tuya en mi piel;
ese ruido de cristal precioso,
cuyo enfoque
despierta, delicadamente, mi corazón,
desviando los sentidos
con un movimiento perfecto,
inconcluso…

Me entierras lo ingrávido en la sien,
y, desfalleciendo,
extenuada,
de tu maestría,
discurro por tu tramo único
donde sólo puedo resplandecer…

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