sábado, 16 de octubre de 2021

Temeraria

Desembarazarse del recuerdo
es cuestión de tiempo,
aunque agotador el autoexilio;
intoxicada la memoria de la inercia,
crea trampas
y se olvida del olvido…

Mientras tanto,
transcurro toda al borde
y se esconde el instante vagabundo
al devolverme al inicio;
renacida…

Apareces
y me descubro, encandilada,
por tu chispa
que me aboca su fragor iracundo…

Deseo,
perdurar fundidos
y redondeo el tacto, a tu mirada,
en hábil flexión;
estimulo las partes de tu mente
y me establezco…

Late, radiante, la pulsión
que me mantiene presa de tu efluvio,
porque es tu voz
un sensacional tobogán de espejos,
donde bullo,
crecida de luz
y, la hondura del silencio,
despierta el fondo de la herida,
para exhibir mi sabia oscuridad;
volar por encima de una ciudad sin tiempo
y, con la fonética encarnada en tu respiro;
anclada a su ritmo inacabable,
danzar en las cenizas de un ayer recóndito,
avivando el fuego,
a cada instante;
circulando, de nuevo,
los paisajes de plata;
territorios de lecturas subliminales
que escuchan el intervalo de las palabras
de lo que te mereces por arriesgarte…

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