sábado, 16 de octubre de 2021

Crepitaciones II

Me traes evidenciando,
maravillada
que, al hacerte vibrar,
tan hondo,
ocurro en el desfile increíble de tu poesía,
latiendo en los dinteles del reino cósmico
que discurre por las cumbres de tu alma,
arrastrándote conmigo…

La luz se teje en tu piel de ángel,
a la que me sujeto,
como interacción divina,
indisoluble,
porque siempre me das cabida en tu boca;
soy tu poema preferido,
el culmen de tu arte,
tu musa inspiradora;
la que se inmola en tus ojos,
maximizada,
profusa…

Bañarte del sísmico frenesí que me consigue
por tu causa,
me hace arder en ti;
estrenar el vértigo de tocarte;
inestables,
vendar los relojes
y, encima, disolvernos,
donde enfilan las fantasías
los enigmas que mixturan las cicatrices,
confiadas a la noche…

Una lluvia de neones nos moldea y equilibra,
delante del silencio;
bohemias, tus palabras,
son elíxir que me emborracha
de esta dramática satisfacción
de tenerte cerca;
de sentirme tan enamorada…

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