Claman redobles
mis silencios…
Calla el tiempo entre mis labios
-vértigo trémulo-
y un poema con tu nombre
aterriza entre mis manos…
La oscuridad de mi sereno,
la profundidad de mis aguas
reconocen tu misterio
-perla de savia-
En el corazón de mi alma
acomodas tu sonrisa
y evado el barullo
de todas las premisas,
porque te intuyo,
me habitas…
Las palabras,
redentoras de mis suspiros,
te obsequian la mirada…
Y vivo
modelando sinfonías
a los relámpagos
de tus ojos
-claros divinos-
Paseando por las veredas azules
de tu sangre,
envuelta todavía
por esta pasión de amarte…
(13.11.11)
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