Tiendo mi locura
en el frenesí de tus labios
-de amapolas campanario-,
y resguardo el tañido
en mi pecho,
apresando la albura
de tu diamante bruñido
y de amor confeso…
Creo la atadura
que entrelaza nuestras voces
y traslada nuestros dedos
por diáfanos senderos,
que bendicen nuestro roce
y redimen nuestro sueño…
No hay horizonte que soporte
la expansión de nuestro vuelo…
Vamos más allá de todo
y sobre la gruta del Alba,
suspendida a nuestro modo,
la Estrella que nos ampara…
Con la luz de tu mirada,
Amor mío,
has honrado mis plegarias,
despertando mi magia
y mi instinto…
Bajo tus aguas
he sembrado mi silencio
y detrás tu lengua
por encima de tu sol,
mi mañana…
Y mi propio corazón
en tus celestes montañas…
(05.12.11)
No hay comentarios:
Publicar un comentario