Llegas hasta el fondo del asedio
y su incumbencia;
incumples con la norma de privacidad,
inquiriendo lo que es tuyo,
hasta las últimas consecuencias…
Te instalas, contagioso;
sabes
que siento el pulso de los sueños
en tu lengua;
que logro
descubrir que no hay cumbre
que no comporte tu fuego vital;
descifrar cuando la realidad
se desconoce a sí misma,
rellenándose de tus opciones…
Tu firma
se impone;
dispone
que mi querer resulte
del rechazo consultivo
y allana la ruta hacia mis ciudades eternas
que son causal de mutuo acuerdo
con un enfoque al infinito…
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