viernes, 14 de enero de 2022

Pulcritud

El horizonte recoge el desperdicio emocional
al final del día;
me muestra que hay poesía en los ríos subterráneos;
un exilio de sombras,
hurgando las vetas del alma;
un nuevo despertar,
fraguándose en la oscuridad…

Y, aún a riesgo de resbalar,
me siembro en el cenit de tu mirada;
acróbata estelar
que me desafía a conquistar sus soleadas llanuras
con las formas abstractas
que advierten la riqueza pura del silencio;
se desenvuelve con nitidez
el relente de mi saliva
y al perpetuarme en tu compleja estructura,
se disipan los escenarios…

Distingo las agujas estelares,
girando en sentido contrario;
las columnas alrededor del centro molecular,
componiendo masas de luz
para hallar la nota divisoria de la realidad,
mirándome en ti,
porque sólo tú,
sin estereotipos,
sabes descontrolarme…

Sin embargo, me muevo en tu aire
entre sonido y color;
sensación,
penetrándote, entero,
en total absorción…

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