me inundan estas ganas de hacerte vibrar;
de atravesar cada ángulo, curva y recta
de tus ventanas abiertas,
volcándome, como un fractal;
dándome,
completa, cambiante, multicolor,
mientras la noche a mis pies
gira en el caleidoscópico rumor del mar
que escarba tu orilla predictiva,
la parte donde tu lengua y la mía
juntan su potencial
y se untan su miel impía,
sin temor…
Conexión inolvidable
este caudal de mensajes,
que crea atmósferas espontáneas
y sustancia el movimiento de la intención
que electriza mente y carne…
La naturaleza, latiendo dentro
de estas composiciones fonéticas,
presumiblemente, ante la disposición adecuada,
la influencia que sopla mi avance
con precisión y sensibilidad;
las formas espaciales que transitan lo complejo,
incorporándome a la impresión consecutiva de tu esencia…
Me deleita poder esculpirte el corazón,
con dulce plasticidad;
influenciar el viaje desde dentro hacia afuera,
lanzando diseños numéricos
que juegan a ser contorsión;
creación y destrucción, acompasando energías
a través de vidrieras acústicas
que como componentes articulan
todo un sitial de sincronías…
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