Transmutación

Muta el sol;
la piel del silencio;
el árbol de mis pupilas…

Me suelto
y enredo en el aire
y puedo asomarme al veloz rayado
que viene trazándome un nuevo presente;
contemplar cómo el llanto del volcán azul
renueva su fondo cristalino,
reclamando cada centímetro, el torniquete…

Y voy sanando,
dejándose relucir el encanto parpadeante del alma,
su arcoíris de fuego engarzarse a mi frente,
acoplándome a su sinfonía…

Tan tuyo el universo
y tan frágil la noción de pertenencia…

Tan bondadosa la luz
que sigo abrazando con insistencia,
para cubrirte con todo el amor que me resucita,
porque eres tú, su reflejo más puro,
sonoridad indeleble, infinita…