martes, 22 de diciembre de 2020

Renovación

Y de nuevo, la tempestad,
secuestrándome las horas;
ataviando la orfandad del alma
con su fuego lejano…

Me absorbe cada gota de agua negra,
limpiando el silencio, confiándole lo ignoto;
las profundidades del cosmos
entre oros y turquesas…

Resplandecen mis ojos de mercurio
al ser devorados por las premisas etéreas
que han de expandirme en su epifanía…

Soy un vago anuncio
transformando los suelos,
podándole las palabras que sobran;
soy aire
y contemplo
el cortejo de los pájaros fugitivos;
los labios abriéndose al coraje;
el pecho que ahoga los pulmones
de altos vuelos…

Inspiro y exhalo el llanto del tiempo;
la fragancia equitativa que resarce
del fin, el nacimiento…

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