sábado, 12 de diciembre de 2020

Consecutiva

Encumbrarme, al filo de la luz,
es equilibrar la voz en ese punto fijo
que eleva la magnitud telúrica de mi lengua
sobre los coros del silencio,
donde viven los colores
y la acción irrefrenable del impulso
me marca la ruta
que empuja por obtener su espacio
entre los sueños…

Suelo gestar la frecuencia;
ese resplandor inefable
que cabe en el compás que agrede la idea
hasta pulirle las ansias…

No hay óxido en la hazaña,
captor del sistema;
concentras la onda expansiva
tras despejar la incógnita…

Traes un sol atrapado en el alma,
tan sedoso
que oscurece hasta el mayor de los fracasos;
la embriaguez cayéndome por el costado
no se agota tras mirarte y trasvasar la inercia
que suele apresar los labios…

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