temprano pretendo
tu empeño de tinta,
constructor de mis señuelos…
Con prontitud son éstos
los que me apresan entre tus dedos…
Cierta de tu arma letal
incorregible,
que haces desfilar
ante mi extasiado silencio…
Desnuda,
tu afán me consigue…
Y frente a tu peculiar acecho,
presa indefensa,
grito impávida ante tu crimen:
¡Mátame!
(09.06.11)
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