Convenientemente,
te me acercas
rodante,
teatral ,
llamativo;
asistes a mi fusión
al tornarte verbosidad que tienta al instinto
y acarrea tu seda impalpable,
cariz del cielo,
erigiendo su orquestación
de colores y claridad sobre mi cuerda informe…
Me escala el fragor de tus hélices eufónicas
y manejo cada inserción
conforme a su giro,
sutilmente,
estimulando en la piel
un estallido de elevadas sensaciones;
degustación amorosa de la edad de la inocencia,
artista de los espejos;
erección de incendios azules,
perfumando los sueños
que percibo, nítidamente,
como aire frio,
atravesando mi espalda,
hasta la médula;
bondadoso remolino eléctrico…
Sepultada en tu caricia,
estremecida,
instigador de mi luz,
siento formar hileras escalonadas
que me trasladan
hasta los pórticos que concilian
las pieles doradas
de un silencio en común…
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