Entorpecen, las variables, la rigidez
y nace el pliegue esencial;
la curva que atraviesa mi carne,
logrando que el tiempo,
me quite su vigilia…
Tu eterna capacidad de fascinarme,
me deja a expensas tuyas;
suave, me reflejas;
manejas la intención
y haces que sonría;
me apuntas al juego de tu silencio,
sensualidad que amanece cada noche,
como un comportamiento subversivo
que altera lo arbitrario
y su resistencia…
Priorizo tus ojos,
pero es tu lengua la intrusa
que me hace caer en sus redes brillantes;
sabe atraerme;
inyectarme tu droga…
En ti nace mi magia;
mi carga sensitiva
que no repeles
y, tras hacerme probarte,
en deleite, volverme loca de amor;
adoptar un punto de vista superior,
completando mi papel protagónico a tu lado;
me tienes, planeando un altercado;
soñando un crimen
a punta de tu satisfacción…
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