Me deleito,
deslizando los espacios inconstantes;
lo instantáneo y transitorio
que nos atrapa,
acomodando los movimientos
para que te llenen de saliva las ganas,
situándote por delante de mi porfía…
Y elevarnos
en el lujoso carro de tonalidades
que anidan los hechizos más puros;
ese cuadro deseoso
que intuyo, mientras te miro…
Y es que me invade tu aguacero,
como el primer acorde del silencio,
cuando apuntala su imperio en la calma;
y me planto contigo,
en este ahora
pletórico;
pletórica de rimas y pausas;
de ternura y arrebato,
mientras con los dedos vamos detonando
el escenario de los cuerpos;
abandonándonos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario