Con voz melosa
humedezco tu curiosidad;
la telepatía del sentimiento
me acerca el lado interior de tu orilla
y siento
el golpe de claridad,
inclinando tu eje sobre mi pecho;
la fuerza de su magnetismo,
colisionando el rompeolas de mi aliento…
Desvío mi entorno sensitivo,
repartida en tus labios
que van pariendo palabras salvajes,
como si supieran cuánto mar
han de completar
sus filamentos psíquicos;
los caudales que denotas
conectan, como fluidas acústicas
con mis anémonas y corales
que sienten cómo geometrizas
y condensas la luz sonora,
como mareas,
interviniendo todo mi ser,
revolviendo las olas;
tu inexorable oscilación me enloquece;
me hace caer en tu inmensidad
y encauzar todo lo que siento;
catalizar agua y viento,
creando la sintonía esencial,
rasgo del cosmos,
grado que percibo dentro y fuera,
como la tierra que sostiene mi sombra,
pulso etérico que compongo
a tu manera,
no de otra…
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