y su ventana abierta me implora
rascar poesía desde el aire;
empaparte de toda esta fianza
que nos concede el tiempo;
esta suerte de magia,
escurriendo,
como agua de noche
para abarcar esta rítmica balsa
que hierve entre fulgores de sombras,
resbalando cada caricia
al rescate de las almas…
Tildar, sutil, el intervalo,
como antena silbando quimeras,
activando la frecuencia
sin abandonar las palabras…
El regusto de tu piel me lleva al mar próximo,
donde la expresión lumínica de las olas
me arrastra a la locura;
a sostener el universo con la boca
mientras, su tracción delatora,
me envuelve en la tortura
de las beldades divinas…
Me deduzco en la seducción más pura de tu poesía
que mana de la oscilación del cosmos
y, admirada,
ruedo al son de lo inefable,
divisándome
en la fusión con el todo y la nada…
No hay comentarios:
Publicar un comentario