jueves, 4 de noviembre de 2021

Atada

Vas encarnándote en mí,
fraccionándome la piel,
hundiéndome tu euforia;
y siento
ese punto de fricción,
como un aterciopelado estupor,
asentándose en la geografía de mi oscuridad…

Al beber simultánea del goce,
asomas tu flama danzante;
para entrelazarme con los orígenes del universo;
malabarista de esferas luminosas;
afluente astral
que fluye en mi interior…

Padezco
del hábito de rimar sensaciones
en forma de hechizo;
intoxicar el aire del que te aferras;
desencadenar el brillo superior de la noche,
bóveda furiosa
que atesora todo mi sentir…

Vestir la aparición espectral,
fructuosa,
de tu melodía,
embriagándome toda
y, repentina,
estremecerme, mientras amplías
la sedosidad del viento,
sin desmejorar la dulzura prístina;
la branquia del silencio…

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