Me lanzo
y construyo la intermitencia
del arco y la cuerda;
una reserva de luminosidad colorida
que aprendo,
cuando me permite incautar,
un instante,
la partitura del viento;
me pregunto si puedes
notar la ondulación musical;
oír el intenso resplandor de mi alma;
percibir la suave fragancia de mi corazón
que te doy, por completo…
Cimbran guirnaldas al interior del silencio;
se inflama mi garganta
que encarna la voz ancestral,
como una hoja viviente agitándose
en lo profundo de mi ser,
dejando escapar millones de micropartículas,
fertilizando una tragedia favorable;
luz que causa estragos
y releva la razón,
sublevando el espíritu y la carne…
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