Por donde el silencio ondea sus palabras,
te aproximas
y, apenas se asoma tu tierno arte de pulir destellos,
oigo crujir el perímetro;
derrumbarse el cerco de la cordura,
porque clarificas el lado oscuro
justo al tiempo que descubro
que tienes algo de mi alma…
Atraso el pulso,
al abrigo de tu ser;
tu confort me acorrala;
sonríe el agua
y el viento se deja ver
y yo, caída en tus dulces garras,
suspiro…
Sabes sujetar la premura
de sentirme exaltada;
me desentierras
para que esparza la luz del frenesí,
resbalando un anochecer indomable
te prolongas,
como un sueño de colores raros,
impactando lo establecido;
detectando nuevos flujos perspectivos…
No limito
el juego de respirarnos;
de cederte parte de lo que soy;
se mece con precisión tu saliva,
lírico tacto que se incrusta hasta el fondo,
retina,
tímpano,
médula,
corazón...
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