Con la irreverencia del gozo,
emerge, producto de una maraña de sensaciones,
un espectáculo que despierta las visiones
detrás del espejo,
desmoronándose lo ilusorio,
al percibir el fulgor ingenuo;
lo que sucede
y cómo sucede,
cuando desborda de tus ojos
la breve señal que alerta
lo inextricable de un enigma…
Mientras anulo las medidas
que me dimensionan,
retraso el tiempo
y descifro los códigos de tu saliva…
Revistiéndome su tanteo infalible,
testeo la sensibilidad que explotas
y hago explotar mis ideas;
abro la herida,
la noche
y retumbas en un vapor de estrellas,
cuando te lluevo dentro
fluctuante,
atractiva…
Sabuesas percepciones
me encuentran ardiendo, feroz;
grabada en el movimiento de tus labios…
Te sello a fuego
y el silencio obra el milagro
de rompernos por dentro
y derramarnos, mutuamente,
fulminados por el amor…
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