Te amplificas,
me acercas
e incorporas a tu ruedo,
descolgándome la alforja de ansiedades;
dejándome fluir, ligera;
se adhiere al impulso que genera
arquitecturas turgentes sobre mis dedos…
Tu personalidad me hechiza;
me cazan sus redes
y suelto versos al aire,
porque mi numen crece, de mirarte;
se acelera la poética
por direcciones deslumbrantes,
generas mi evolución…
Tu obturador se prende, repetitivo;
haces patente
que tus tonos ambientales
convergen con mi concentración;
insistes en imponerme tus ojos
y te vuelves paneo venturoso,
exposición de divinidades…
En este nuevo universo
que me cruza, me descalzo
y me inundo de tu carne
de auroras y ocasos…
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