abriéndote paso;
al rescate;
con la distorsión, colgando;
goteando sobre mi sobredosis de ti,
tiñendo, despacio, de luz
mi silencio…
Gimen las ranuras del tiempo,
como nunca antes
y rompen a llorar las campanas
de absoluta brillantez…
Fácil es captar tu frecuencia,
porque me quitas la piel;
me arrimas a tu campo visual
e inundas mis corrientes arteriales;
te siento invadirme las membranas,
mientras me disuelvo
y saboreo el horizonte crítico
del esplendor de tu saliva
al dejarme caer a tu abismo
con fervor radioactivo…
Tu palabra me quema
y rocío sobre el mundo,
el eco definitivo del teorema indefinido que soy;
los patrones turbulentos
que me hacen inacabable en el tiempo;
incontable, en tu propio corazón…
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