Las venas de tu silencio
corren por mis palabras,
como el azul fugitivo de tus ojos,
acelerando, a fondo, mi alma;
alterando mi pensamiento…
Precipitamos entre nosotros
para, entre nubes de polvo,
engendrar galaxias;
romper la tierra,
alcanzando el resplandor más puro;
tatuar la corteza del viento…
Y metiéndome en una capsula de oro
arrancarle la luz
a tu lengua
a tus dedos;
hacerles floreciente enramada,
como una frase que rebota
en una fracción de sueño;
entrecruzar los hilos de la seducción
y robustecer el amanecer,
de tanta noche conexa,
descubriendo la isla de una fantasía en común,
hecha de promesas;
nadar, desnuda, el instante
que nos acaricia y despierta…
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