Equilibrando la cuerda
que balancea el sistemático quehacer
de mi lengua,
sigo pendiente de sostener esta quimera;
de redondear las hojas acústicas
y despejar tu silencio,
como un sonido interior,
que fragua la condena última
de soltarse de su fuente de inspiración
y embeber las voces de lo que me sueña,
estimulando tu imaginación;
dejando escapar el tiempo por un costado…
La cuesta, remando hasta el cielo
y la costa, mirando las huellas de arena,
desdibujadas por tu paso…
Espectáculo cristalino,
chorreando lo explícito de su consecuencia;
numen de luz y fragancia;
placidez de los azahares
embriagándome,
porque eres inocencia desprendida
que enamora
y me enamoro de tu, tan sutil, embestida…
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