jueves, 28 de octubre de 2021

Exclusivo

El timbre de tu voz
ausculta todos mis vértices;
los libera de sombras y ataduras;
la vibración de su color
fecunda mi silencio;
descongela sus senderos alternativos…

Tu acento,
dulce victimario,
trae en los labios una mezcla cósmica
que me droga;
que me enseña una pizca de mi propio infinito…

Salgo de mí;
eclosiono ante la destreza absorbida;
los canales de la mente
se expanden;
me expanden
y soy oro y terciopelo;
doble tinta;
música y letra de tu canción preferida…

Tan justo el magnetismo que repartes;
tan a gusto me mantienes
que deambulan las amenazas menguadas
y, agonizante el trayecto mediocre,
vira su rumbo a tu escalinata,
donde asciendo hasta tu precipicio,
animal espiritual,
insolente,
ahogándome con su mirar de estrellas
y su aullido celeste…

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