Repetidamente,
tu claridad se filtra por mis poros;
tan sólo y repentina
para lamer y relamer el instante
en que me fundo al placer de inhalarte,
voz que acrecienta ante la revelación continua…
Descuelgan las farolas su luminosidad,
mientras nos suceda la gloria;
ser víctima del enjambre
de esta interconexión…
Cada noche, resistiendo tu inmensidad,
asciendo y desciendo;
me envuelve tu trama poética;
ardor desparramado en mi silencio
tras el concilio espiritual,
donde se ciernen los eventos más insólitos;
el renacimiento de todo,
manjar irresistible,
saliendo de lo profundo;
la argamasa,
fecundando el resplandor rotundo;
lo protagónico, como fuentes voladoras;
el arrebato tumultuoso,
recorriendo el hábitat de mis sueños…
Te siento consintiéndome
a través de las ondas sutiles,
cuyas vías me envían
a este drástico y paradojal estado…
Nos hace inseparables,
la literatura del alma,
cuyos niveles atractivos,
en un trajín de saturaciones sin vicio,
explota el flujo subliminal
de mensaje y emisario...
No hay comentarios:
Publicar un comentario