te tomas de mis labios
y plasmas el recurso adecuado;
la forma para inquirir mi respuesta;
estiras la hebra cristalina
y la diafanidad te muestra un tiempo oculto;
la partícula mágica
en un horizonte de sol abierto
para escapar del mundo, contigo;
sin nada más
que de nosotros, repletos…
La arena dormida
se sacude el silencio irrestricto;
dispone su ámbito de luz y calor
entre velocidades de captura;
bocanadas de suspiros
y esta lluvia de piano y saxofón
que se habitúa a mi templanza…
Resol que acelera sus tentáculos,
llevándome a tu parque de persuasiones;
cosecha de intenciones
que entretiene mi versatilidad…
Ven a hacer, conmigo, la noche
y danzar a tu alrededor,
con voluntad violeta,
estallando al otro lado del universo,
como flores o estrellas…
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