Percudido por el desconsuelo,
ante una realidad
carente de empatía,
mi corazón sucumbe,
unido al derrumbe implacable
de la fe del pueblo…
Porque se hace evidente
que deserta
lo que un día fue prometedor
y languidece todo atisbo
de llegar a ser lo que lo salve…
Veo
marcar los pentagramas
con símbolos oscuros;
sangrar el sueño
de los que no saben de predilección,
excluidos de su estrella,
despojados, incluso,
de su dignidad…
Porque, ni la conjunción
que vela
para postrar el despotismo,
halla la alineación
para verlo caer…
La odisea del héroe no reconocido
demanda poder,
ante la urgencia de la salvación
y la suerte estacionaria,
aún implícita,
no cava lo suficiente
y se cansa…
¡Ya pierde sentido la democracia!
Alguna vez tuve una visión atrevida:
Vi enriquecerse
la única verdad que constituyo,
ese lado oculto
que sólo se deja ver
cuando somos todos juntos…
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