Cuando creía haberlo visto todo,
ejerciendo el oficio
de descubrir la inmortalidad
hasta debajo de los piedras;
de pervertir el horizonte
con la genialidad,
como sabotaje del juicio
y la excéntrica originalidad
en temporada de cosecha,
apareces,
confundiendo mis palabras…
Me desespera
la problemática dual
que engendra el extravío
de la cordura
y su desafío, sin embargo…
Y, a medio camino,
tan claro,
frente a los ojos de la luna,
como un tejido que se agranda,
turbulento,
abarcas cada sensación…
Me sacas de mí,
inestimable…
Y puedo percibir
que, con el descubrimiento de la sombra,
el velo existencial
se expande
y no importa,
sino tu forma real
sobre cada una de mis partes…
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