Me muevo
en tus dimensiones,
en todas direcciones…
Y, habiendo superado el desafío
de no perderme,
sino en tu cercanía,
constato
que mi red imaginaria
va lanzándome
hacia el verbo que transita
todos los mundos
que creas…
No cabe mi voz en los espacios
donde dibujas
la figura del movimiento
que moldea
el significado perfecto de la vida…
Y me agita el consuelo
de avanzar por el lado azul
de tu silencio;
de incrementar las advertencias,
pasándolas por alto
para declararme rebelde
por tu causa…
Hundido en mis ojos,
tan sincero,
el estigma de tus recados
me clava su recordatorio
de que sigue vivo
el sentimiento,
tan dulcemente alocado…
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