Esparcida
sobre tu cuerpo,
navego sus latitudes extensas,
mientras
atiendes mi biología
y reúnes las células,
generando
la minúscula unidad
que ampara lo eterno…
Creando el raudal
donde abundan
tus modos incorrectos,
deslizas lo que precisa
acabar aglutinados…
Sólo a tu contacto
haces surgir,
sin escrúpulos,
las sinapsis;
las acciones hormonales
que me revelan en shock…
Víctima del descontrol,
con una narrativa impecable
donde me zambullo,
acumulo relámpagos
para extender al máximo
un color,
un ángulo,
el espacio de una sonrisa
que me permita
ver arder, en tus alas,
mi próxima vida…
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