Cuando te me cruzas,
tiembla la realidad…
No coordina el tiempo;
la distancia enmudece
y la velocidad
determina el instante
que me posiciona
en torno a la figura emergente
de tu sensualidad…
Puedo confiar
en que tu boca me recupera,
mientras repercutes en mi mente,
cuando me inunda cada palabra
pensada por tu lengua…
Como un indicador de proximidad,
dejo de respirar,
porque encarnas
el vicio magnético;
el revoloteo que repica
en el fondo de mi desnudez…
La humedad contempla
cómo el mundo
embellece a tu paso,
y fluye,
como, en el agua,
el color de un pez…
tiembla la realidad…
No coordina el tiempo;
la distancia enmudece
y la velocidad
determina el instante
que me posiciona
en torno a la figura emergente
de tu sensualidad…
Puedo confiar
en que tu boca me recupera,
mientras repercutes en mi mente,
cuando me inunda cada palabra
pensada por tu lengua…
Como un indicador de proximidad,
dejo de respirar,
porque encarnas
el vicio magnético;
el revoloteo que repica
en el fondo de mi desnudez…
La humedad contempla
cómo el mundo
embellece a tu paso,
y fluye,
como, en el agua,
el color de un pez…
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