Al drástico propósito,
me adviertes
colonia;
hervidero de suplicios…
Y me encanta ese silencio
que mueve tu impulso
y es visto,
mientras corro y traigo
lo que converge, a cada instante,
con tu lengua…
El aire se relame
y me reta
a provocar la interacción
que obra el pecado,
comiéndose el contacto más dulce
con la devoción de un ángel…
Sin aliento,
se escapa de mi carne
el control;
lo abduce tu sonrisa
y me pierde el juicio,
mientras tú me arrimas
y te arropa mi buen gusto…
Tengo la sensación
de estarme construyendo
a tu abrigo,
justo cuando me sabes
una completa delicia…
me adviertes
colonia;
hervidero de suplicios…
Y me encanta ese silencio
que mueve tu impulso
y es visto,
mientras corro y traigo
lo que converge, a cada instante,
con tu lengua…
El aire se relame
y me reta
a provocar la interacción
que obra el pecado,
comiéndose el contacto más dulce
con la devoción de un ángel…
Sin aliento,
se escapa de mi carne
el control;
lo abduce tu sonrisa
y me pierde el juicio,
mientras tú me arrimas
y te arropa mi buen gusto…
Tengo la sensación
de estarme construyendo
a tu abrigo,
justo cuando me sabes
una completa delicia…
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