Acudo a tu tacto
que se difunde
por mis formas y contornos,
de manera que frotas
y hundes en mi boca
el auxilio de la urgencia…
Es demasiado pronto
para explicar lo que siento;
implacable la agonía…
A causa de esto,
se mueve mi energía
hacia donde te encuentras
y disfruto del brebaje sonoro
que me das,
alocado…
Me resbalo
con la única magia que conozco
y soy capaz de hacerla aparecer
en tus palabras…
La gracia y el gozo
detonan en la desnudez de mi carne
y arde la espesura en tu busca,
dejando al descubierto
la manera abrupta
con que desgarras al silencio…
Ambientándome en ti,
comprendo
que no hay sincronía
que no elija el pacto sostenido
de adherir a lo nacido
entre tu lengua y la mía…
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