Me percibo,
absorta,
en el reflejo vibratorio del éxtasis…
Presa de tu boca,
lista para introducirme
en tu inmensidad
al desnudo
y coronar mi desplante
con tu embriaguez…
Tal vez en el acto
de habitar el músculo palpitante,
purifico el instante
en el que sujetas la sensación
de un modo incorregible…
Y no hay más
que empaparme del influjo;
aceptar que soy propensa
a tu total embrujo
entre principios y fines…
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