jueves, 18 de junio de 2020

Escombros

De la escuela de lo transitorio,
vengo lloviendo palabras añosas;
esbozos de luz
que, a menudo, me intuyen
poco antes del devenir
o justo después de la memoria…

Sin destello permanece la mirada,
mientras la grotesca aseveración del tiempo
va marcando el paso
y aún escasea en su afán por presumirme,
porque una apremiante trizadura
advierte el silencio
y no define el desvarío que me acomete,
sólo sombras que traspasan mis atuendos
y luego se desdibujan,
dejándome su niebla invisible…

Susceptibles de mi pluma
las estrellas se acercan a mi alma
que, desvalida, refulge
tiritando entre sus puntas…

Bebo del cielo de tu empuje
y sólo queda el viajero que me suscribe
y todo su equipaje, volviéndose lluvia…

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