miércoles, 24 de junio de 2020

Corazón de Oro

El silencio se reviste de tus ángeles;
su canción agreste
sigue socorriendo mis declives,
sumidos en trifulcas repentinas
que me ahogan de nubes la mirada…

Se sulfuran las sombras
e inhiben sus tentáculos,
cuando la música de tu laúd planetario se ejecuta
y, atónito, el espíritu me transporta a tu lado…

Haces que me hunda en agua santa,
substancial preámbulo a tu carne…

Trepo el aire,
asciendo;
planto en tus cumbres mis ríos,
dejándome caer por tu costado…

Se estremecen los cimientos
y de mis labios surgen estrellas sagitales;
la voz dicha de la luna
me inyecta un narcótico brebaje
que me abre lo infinito de tu nervadura…

 

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