Asiduidad

Después de beberme de golpe
el crujido del tiempo
y el silencio
se volviera tu viva imagen,
una marca en el pecho,
asidua a reflectar
la luz inconmensurable que viene de tu lengua,
me impulsa a establecer contacto con la noche…

Su faro estelar me concede su guía
y quiero rodar
y ruedo
por la sedosa fascinación
que me envuelve,
cuando la locura de caer en un jardín de estrellas,
fundado por el ciego afán de tu roce,
me abduce nuevamente…

La pura poesía chorreando por tus dedos
me sostiene entera;
el despertar cromático escoge,
incansable, mi alma,
brizna alargada que, prendida de ti,
se vuelve océano de iridiscencias,
tórrida polaridad
que anuda mi carne a tu fuego…