En volandas
anudo el diálogo de tu sentir
a la explicación inequívoca
que, fuera de toda lógica,
va alzándose,
crucial,
sobre todas las cosas
mientras cala, se pliega
e hincha para ver resbalar
desde tu aliento a mi lengua…
Emerjo
desde tu narrativa interna;
del propio testimonio
de alma y corazón
y me lo apropio…
Me arropo con tu saliva
que es el naufragio
perentorio,
hasta que disiente el tiempo…
Mi concepción se instala
en tu deleite
y, es tal su esfuerzo
que, ni escatima
ni entumece
su rol esencial,
removiendo pasados presentes…
Rendida tu naturaleza,
enmudece la impresión
al discernir
que, entre tú y yo,
vamos creando cuadros
de claridad perenne…
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