Provista de la tenacidad
que da origen al lugar exacto
en donde la previsión telúrica
de la extracción,
aplica la consistencia del poliedro
y sus caras,
presumo de mis descaros;
me anuncio tu veta
y reconoces la competencia
de la excavación,
su lentitud
y la majestad del resultado...
Luz que cruje,
autóctona,
desde lo más profundo,
y me infunde
la sensualidad de la luna;
el trato con la complexión profusa
donde descubro
la exageración de la elegancia…
No me caben en el cuerpo
estas ganas
de demoler lo indestructible,
así no más;
de volverme
halago imborrable en tu lengua;
corte plausible e incrustación,
exponiendo tu sello carnal
en cada grieta
para exigir su exhibición…
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