miércoles, 11 de abril de 2012

Adoro


Adoro la seda danzante de tu boca,
cuyo tacto me reparte su letanía de rosas…

El verbo que conjugas con mi presente;
el fervor con que me atas a tus manos
y a tu frente…

El bálsamo nacarado
de tu excelsa desnudez,
la ambrosía de tu piel
que degusto a diario…

Adoro el ajuar de caracolas,
que me tiende tu silencio;
ese clamor que enarbola
tu océano sediento…

¿Cómo evitar el traslado hacia tus aguas?
Si en tu corriente vibra mi playa,
olas de arena arbolada…

Sostengo el pálpito del aire
en mis labios
y tiemblo en el murmullo que se abre
a lo profundo de lo arcano…

Palpo el terreno inquieto
de tus laboriosas constelaciones,
que priman en el segundo perpetuo
en que te aventuras a mi noche…

Adoro el bastidor de sueños
en donde, sin demora,
me bordas la alcoba,
acurrucando mi pecho
en un eterno ahora…

En el primor de tu mirada
que me aturde el sentido
yo te ofrezco el albo nido
de mi alma enamorada…

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