En efecto,
nuevamente,
untada de la magia más poderosa
que exuda,
incansablemente,
tu lengua,
saboreo su precisión innegable
y remonto
grafía y fonema
para adherirme a su tacto…
Mojada mi tierra
de tu materia prima,
abres mis páginas en blanco
para escribir tu testamento
y luego las cierras…
Me desplazo
por escenarios irreductibles
y,
como la danza del humo
sobre el viento,
las índoles arcanas
van pariendo saetas
que lanzo a tus confines
con todas mis ganas…
Hay un gato
descubriendo grietas;
hundiendo su mano
donde todo se manifiesta,
sin palabras…
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