Pandora

Extraes de mi cuello
el origen;
el despegue de lo incierto…
 
Amenazas
con distraer mi atención,
cambiando mis planes
por los tuyos…
 
Y amanezco,
firme, entre tus dedos,
mientras el cosmos se refleja
en la pirueta que montaste
sin pudor alguno…
 
Es tu piel, un abuso;
de la noche, una querella
y para exponer tu delito,
me hundo en el tono mordaz
de tu silencio…
 
Retorno a la fantasía
que cae en la reinvención
y pronostica,
mejor acariciar la luz
al tiempo que nace…
 
Salgo de mi cuerpo
para ser, primero, vacío,
visto flotando
sobre las redes luciérnagas
y, luego,
flama insumisa
que se expande…
 
Sólo vuelvo
cuando sé que me llamas
en ese idioma divino
que logra conocer
mi más osado capricho…
 
Y así palpar la oscuridad en ascuas
que azota piel y huesos;
que avizora el enjambre de aullidos,
chocando con mi lengua…