miércoles, 15 de abril de 2020

Trampa

Me hundo en un estruendo de vidrioso carmesí
y el trago aéreo me sabe agrio,
tras lavar las miserias
y sentir el caudal del silencio afilado,
rompiéndome la lengua…

El soporte espacial me arroja de su vientre,
infortunio;
la estepa ciñe el torrente difuso
e inmóvil quedan mis manos;
vencida la luz
ante el ensombrecido escenario
que culpa al cielo de tanta flecha clavada…

Delinque la sombra en la trifulca
que somete el rostro ennegrecído,
imperfecto,
pavoroso…

La lejanía del llanto se esfuma
y su mórbido estallido
viene a someter el alma,
volviéndola esclava
de su imperio destructivo…

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